LA EXPERIENCIA GASTRONÓMICA TOTAL (o mi declaración de amor a El Bulli)

En el 2006 todo cambió. En el momento en el que El Bulli ganó su segunda estrella Michelín todo lo que conocíamos cambió. Ni antes ni después. En el 2006. Y ojo, no hablo de cocina. Hablo de crear marcas para restaurantes.

Del Branding gastronómico dichoso.

Y no (sólo) fue importante por la innovación gastronómica que trajeron los hermanos Adrià y por supuesto todo su equipo. Va más allá.

Antes de ese año Ferrán Adrià (con el que por cierto comparto cumpleaños) y su equipo ya había revolucionado la cocina. Que si gelificaciones, la flipada de la cocina molecular y toda la mandanga. Experimentación sin límites, jugar y un “a ver qué pasa” magistral. Todo eso contribuyó sin duda a que el planeta de la cocina cambiara. Su enfoque innovador se comenzó a ver en la cocina de chefs de todo el mundo, que comenzaron a experimentar nuevas técnicas gastronómicas.

Pero no es por eso. No sólo por eso.

Fue porque desde ese momento todos los restaurantes entendieron que la gastronomía es una experiencia que va más allá del plato. 

El cuidado de la sala, del servicio, de la presentación, del lugar. El Bulli no sólo se preocupaba por la calidad de la comida, sino por la experiencia de marca del comensal. Todo estaba cuidadosamente diseñado para crear una experiencia completa, memorable y emocionante. Desde el momento en el que se realizaba la reserva, la recepción. Toda esa atención al detalle, a todo el detalle, es lo que ha cambiado realmente el modo en el que hoy en día percibimos la experiencia gastronómica. Y también lo que en parte nos da de comer (en sentido monetario esta vez) a Veintemillas.


LA EXPERIENCIA GASTRONÓMICA TOTAL

En Veintemillas desarrollamos marca. MARCAS en toda su entidad y mayúsculas. Y una marca nunca está completa sin revisar todas las identidades que las componen. Yo creo (no tengo pruebas pero tampoco dudas) que Ferrán Adrià contagió a todas aquellas empresas dedicadas al Branding que en los 90 olían ya un poquito a naftalina, a pesar de que la publicidad de aquella época era sobresaliente, dándoles una perspectiva nueva.

Porque vieron que una marca era mucho más que su visual, y cuando hablamos de gastronomía, de alimentación, de vino… Ai amigo! Entonces entra el Branding 360. La creación completa. la experiencia gastronómica total. El Branding gastronómico que va desde los ingredientes, el logo y cómo se cobra a las mesas.

La creatividad y la identidad de marca eran aspectos cruciales en el éxito y la influencia que El Bulli tuvo en el mundo gastronómico y contagió a otros chefs a cuidar aspectos tan importantes como los colores de las paredes del restaurante. La innovación constante y la creatividad fueron los pilares sobre los cuales Ferran Adrià construyó su reputación y la de El Bulli.

EL COMENSAL COMO CENTRO DEL RESTAURANTE

Ahora vamos a hablar de vuestros restaurantes. Vamos a hablar de esos 4 puntos a tener en cuenta, más allá de que se haya creado la marca correctamente, vamos a hablar de la correcta activación de la marca, en la que el comensal debe estar en el centro.

  • Predisposición al servicio: ¿Os habéis preguntado cuál es el primer contacto del futuro comensal con vuestro restaurante? ¿Mirará las reseñas de Google? (probablemente). ¿Acudirá a una revista especializada? Debemos transmitir quiénes somos y quiénes queremos ser desde el primer momento en el que el comensal piensa en acudir a nuestro restaurante. Desde el momento que llame para realizar su reserva, o si la hace por Internet. 

Seguimos con la recepción del comensal a la sala. ¿Cómo se le recibe? ¿Cómo se le prepara la mesa? la atención personalizada, el cuidado de intolerancia o alergias. La llegada al restaurante, cómo olerá, qué música sonará y qué tipo de personas habrá en la barra antes de llegar a la sala va a condicionar toda la experiencia. 

  • Atmósfera y entorno: El ambiente en El Bulli era igualmente importante para la experiencia del comensal. El restaurante estaba ubicado en un entorno idílico en la costa catalana, al que costaba incluso llegar en coche, y se esforzaba por crear un ambiente acogedor y relajado que complementara la exquisitez de la comida. La atención al detalle se extendía a todos los aspectos del entorno, desde la decoración del restaurante hasta la selección de la música y la iluminación.

Hace poco hablando con el chef de un Estrella Michelín con el que desgraciadamente no trabajamos, le comentábamos que, para llegar a su restaurante, equipado para solamente 10 comensales, se tenía que atravesar un camino de cabras, mal asfaltado… Cuando le comenté que cómo no arreglaba el camino su respuesta fue clara. El camino es parte de la experiencia que el comensal se va a encontrar. Que sea difícil llegar nos posiciona. 

  • Presentación y servicio: Cada plato en El Bulli no solo era una obra maestra culinaria a nivel gustativo, sino que también gozaba de una estética y presentación única. La presentación de los platos era meticulosa y creativa, diseñada para sorprender y deleitar a los comensales. Además, el servicio era impecable y personalizado, con el objetivo de hacer que cada visita fuera única y especial para los clientes.
  • Interacción y participación: Ferran Adrià y su equipo también buscaban involucrar activamente a los comensales en la experiencia gastronómica. Esto podía incluir explicaciones detalladas sobre los platos por parte del personal, la posibilidad de interactuar con los chefs en la cocina abierta, e incluso la oportunidad de participar en experiencias culinarias interactivas, como talleres o degustaciones especiales.

La atención meticulosa a todos estos aspectos contribuyó a crear una experiencia gastronómica única cuyos ecos resuenan, todavía hoy, en el panorama gastronómico del 2024.

LA EXPERIENCIA en mayúsculas. El romanticismo propio de todo lo que envuelve el acto de dar de comer quizás sea el motivo por el que, sin ser un sector fácil, ni que se pague bien, estemos especializados en lo que se come y se bebe.

Así que gracias El Bulli por darnos la oportunidad de dedicarnos a esto, aunque nunca tuve oportunidad de ir, fíjate tú por donde… Me invitaron a ir y dije que no me apetecía… Sep… Si queréis saber el motivo ya si eso me lo preguntáis un día que me veais. Así también sabré que os habéis leído el artículo completo! 😀

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