Marcas y vino: Mucho más que una etiqueta

Como es verano y el cuerpo pide calma, hoy en nuestro blog vamos a proponeros un juego.

Siempre hemos mantenido la idea de que una marca es mucho más que un logotipo. Y esto es así en cualquier sector, da igual que hablemos de vino, cocina, quesos o tornillos. Cuando además trabajamos con productos cuyo valor experiencial es casi mayor al valor físico del producto, como es en concreto el sector del vino o la gastronomía, la correcta construcción de esos valores de marca, lejos de su aspecto visual, todavía son más importantes.¡Ya lo decíamos aquí!

Una marca, en su definición clásica, es la suma de sus valores, tanto tangibles como intangibles, pensando en provocar en el consumidor una relación más allá del proceso de compra. El buen trabajo de marca provoca entonces, un trabajo “sinestésico” donde recordamos a una marca por cosas más allá de su contexto.

Y sin embargo, ¿cuántas veces le damos la importancia sólo a lo que se ve? Os lo comentábamos en éste post, en el que recordábamos a esa persona a la que veíamos en una discoteca, muy guapa, pero que descubríamos que era todo fachada cuando abría la boca. ¡Real como la vida misma!

¿Vamos al juego? Es muy fácil.

Viendo solo esta imagen, ¿sabríais de qué marca se trata?

Seguro que os ha sido muy sencillo. Cuando la marca BMW confió en SCPF para realizar esta campaña apenas tocó el logotipo, pero logró relacionar a la marca con todo un conjunto de sensaciones y valores que transmitían a la perfección su espíritu. Este espíritu se llevó a todos los aspectos de la marca: Spots, gráfica, comunicación interna y externa, etc…

¿Y si habláramos de vino? ¿Seríais capaces de reconocer a ciertas bodegas si borráramos las letras de sus etiquetas?

Seguro que sin problemas habréis podido reconocer casi todos o todos, ¿verdad?. Es verdad que aquí hay truco, pues las buenas etiquetas de un vino deben tener ciertas características más allá de su nombre impreso. Dada la brevedad visual con que los consumidores pasan por delante de un lineal de vinos en cualquier supermercado o tienda, con una media de 1,2 segundos por botella, debemos incorporar, de forma clara y concisa, elementos que ayuden a su reconocimiento. En este caso es algo sencillo relacionar una etiqueta, aún sin su nombre, con su marca. La etiqueta de un vino suele ser el principal punto de contacto con el consumidor y se debe realizar un buen trabajo para que la transmisión de marca sea excepcional.

Pero… ¿Y si hablamos de sus páginas web? ¿O de sus anuncios en prensa? ¿Anuncios en televisión? ¿Pensáis que cuentan con la misma consistencia? Vamos a ver el ejemplo de cuatro páginas web de cuatro de las bodegas que hemos visto anteriormente en el juego de las etiquetas. Aunque en la imagen se vean pequeñas, ¿sabríais decir de cuál es cual? ¿Pensáis que están creadas en consonancia con la imagen que tenéis de los vinos? ¿O lo que falla es el etiquetado respecto al vino que contiene?

Para que no os mordáis las uñas esta noche si no lo habéis podido averiguar, la de arriba a la izquierda corresponde a la web de Muga, la siguiente a la derecha es la de Rioja Alta y debajo, a la izquierda Moët Chandon y a la derecha, Dom Perignon.

Por supuesto no existe una respuesta correcta o incorrecta a ninguna de estas preguntas. Este juego que os proponemos es la reflexión. ¿Creeis que los elementos de vuestra marca están cohesionados? ¿Todos transmiten lo que queréis que transmitan? ¿Estáis contestando que no? ¿Y entonces por qué todavía no habéis contactado con nosotros? :-D.

¿Qué pensáis vosotros? Nos encantaría leer vuestros comentarios al respecto y esperamos que os haya gustado el ejercicio. Y recordar, la NO gestión de una marca, es una forma en sí misma de gestionarla, y una buena gestión, en el 76% de los casos, supone un crecimiento de negocio a un plazo medio o largo. ¡Pasad buen agosto!

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