No es el tamaño lo que te hace grande

No es el tamaño lo que te hace grande

Puede parecer contradictorio, pero en el mundo del Branding actual, esta afirmación es cada día más cierta y se ha transformado en uno de los principales “puntos de control” para cualquier marca: Ser (o aparentar ser) pequeño.

Aquello de “si encuentra algo mejor”, aquella impostura basada en anuncios de prensa con el logo bien grande, spots televisivos en los que el público y las marcas querían ser y aparentar ser grandes… Enormes! Compañías que marcaban su crecimiento económico como punto diferencial con su competencia y lo enorme de sus pelotas como activo a admirar,  lejanos y distanciados del gran público, se ha transformado. Las redes sociales y las nuevas formas de comunicación nos han dado la capacidad de poder reducir aquellos seis grados de separación, a solamente un par de mensajes.  Las conversaciones entre marcas son ahora más horizontales que nunca, y si haces un anuncio diciendo lo sostenible de tus procesos y no es cierto, alguien en Twitter te pone a caldo porque tu gestión de residuos da pena. La impostura ha muerto y la honestidad se busca.

LA REDUCCIÓN EN EL DISEÑO

Esto ha hecho que se reduzca la apariencia y los visuales de las grandes marcas. Si antes se buscaba la diferenciación, ahora es grande si tiene la capacidad de relacionarse con su entorno, si se mezcla con su audiencia. Es mejor ser parte común a ser tan diferente de que te vean ajeno y fuera de tu sector.


MÁS IMPORTANTE QUE DIFERENCIARSE, ES SER PARTE,  QUE TE RELACIONEN.


Y esta reducción, que en Branding se vino a llamar “Blanding”, y que es algo de lo que hablamos en su momento en este post de nuestro blog, se está viendo cada vez más en la tendencia creadora de marcas en su parte visual.

Desarrollos sencillos, reducidos a una legibilidad máxima de los elementos, sin distorsiones ni cambios que ha llevado, y no en pocas ocasiones, a la polémica, afirmando, sobre todo desde la rama del Márketing más conservadora, que en muchos casos dichas marcas terminan por perder su identidad.

La moda ya lo demostró hace un tiempo, y las marcas nuevas que creamos también en Veintemillas, van en esa línea integradora, sencilla y con menos opciones a que envejezca de manera deficiente.

UN DISCURSO INTEGRADOR EN EL SECTOR VITIVINÍCOLA Y GASTRONÓMICO

En el mundo del vino, encontramos esto en poner en relieve valores que antes pasaban desapercibido, valores que en muchos casos son evidentes y obvios, pero que hasta hace cuatro días, de tan comunes no tenía sentido poner en un anuncio o una comunicación. Casi como el “It’s Toasted” de Lucky Strike que representaron en “Mad Men”, palabras como “vendimia manual” o “selección del grano en mesa”, cosas muy comunes, han pasado a ser mensajes que aportan cercanía y calidad al consumidor percibidos incluso como diferenciales.

En el sector gastronómico, “la calidad del producto”, “kilómetro cero” o “agricultura sostenible”. 

En conclusión, valores de los de toda la vida que antes importaban un bledo y que ahora se gestionan como activos que empresas grandes tratan de emular aunque no se lo cree ni el tato en muchos casos (y recordad, ser deshonesto NO es Marketing!) cuando lanzan 30 millones de botellas al mercado.

En la creación de marca, si antes nos encontrábamos con paradigmas cercanos al del arquetipo de El Lider o El Gobernante, cada vez más encontramos la necesidad del giro a El Ciudadano, o El Cuidador si me apuras, pero alejado de ese señoro con gomina y traje, un fondo caoba con unas barricas y un bodegón con uvas…. Y si queréis saber a qué nos referimos, explicamos el tema de los paradigmas de marca en este otro post.

En defintiiva, nuevos tiempos no tan nuevos y esa necesidad de ser y decrecer para crecer.

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